Aquel viejo blues seguía sonando...Los alguaciles que conducían a Maniac hacia su destino final no podían oirlo,como tampoco podían ver la cara de su amada Helen.Maniac si era consciente de todo eso y por eso sonreía como un niño.
Esa misma"ignorancia"impedía a los alguaciles comprender que se trataba no de una silla eléctrica sino de aquel sillón de la casa de Helen donde a menudo hacían el amor acompañados por aquel cálido blues.Maniac no podía entender la "estupidez" de sus carceleros.
Así había sido siempre su vida:la historia de un loco enamorado que vivía en otro mundo,en un mundo de sueños a años luz de la realidad.
Sólo tras la primera descarga de electricidad Maniac empezó a comprender.Pero antes de que una lágrima emocionada cayera de su rostro,una segunda descarga terminó con su desdichada existencia;y como su amada Helen le había advertido antes de que,agotada por la vida,muriera dos semanas antes.
Cuando Maniac acabó de llorar,Helen le envolvió dulcemente con sus brazos y le besó.
-DEDICADO A GENI,que soporta mis canciones espontáneas (entre otras lindezas).
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