miércoles, 29 de julio de 2009

EL CONTUBERNIO

¡¡¡NO!!!...¡El carnicero también!,al igual que el guardia de tráfico que me había adelantado con su moto unos minutos antes,como mi jefe en el trabajo...,y ahora allí,en el supermercado,volvía a ocurrir.Y no era un caso aislado,las cajeras se rascaban la oreja del mismo modo cuando yo pasaba delante de ellas...
Pero lo que realmente me convenció de la gravedad de la situación fue llegar a casa y comprobar que mi mujer e incluso mi hijo de seis meses se llevaban la mano a la oreja cuando me veían aparecer...
Me puse mi sombrero de ala ancha y salí de casa velozmente sin darle tiempo a la portera ,que ya iniciaba el ademán,de realizar el gesto de marras.Me dirigí,muy nervioso,hacia el bar de Moc;el tipo se había fracturado los brazos hace 3 días y ese inyesamiento le impediría el susodicho movimiento orejil.
Tomando un copazo me disponía a contarle mi historia al amigo Moc cuando observé,patidifuso,como luchaba con su cabestrillo intentando llevarse la mano al pabellón auditivo...Salí del bar preocupadísimo y me senté en un banco del parque para reflexionar,necesitaba poner en orden mi cabeza...¿Qué estaba ocurriendo?...Sin duda el hecho de que gente de diferente condición y en diferentes lugares y situaciones coincidieran en el gesto suponía una confabulación a muy alto nivel...Quizás ¡el gobierno!...Pero,¿porqué?...A ver,pensemos un poco,...Soy profesor de Primaria:¿un macroproyecto secreto para inducir a las personas desde pequeños a pensar como ellos?...O puede que una potente empresa internacional ,de refrescos por ejemplo,intentara realizar algún tipo de publicidad subliminal que incitara al consumo de sus productos...O quizás se trataba simplemente de una cámara oculta de algún programa televisivo de humor...Estaba ¡¿simplemente loco?!...
Tan abstraido estaba en mis reflexiones que tardé un poco en percatarme de que Tofú;el chino indigente del parque y un personaje muy popular en el barrio,antiguo brigadista internacional;se había sentado a mi lado y asentía con la cabeza mientras me miraba con expresión preocupada.A continuación se dirigió a mi,casi susurrando:
-"Es tu mujel,quiele beneficialse de tu segulo de vida e intenta inducilte al suicidio complando gente que con sus actos ilacionales consigan llevalte a la locula".
¡Y se quedó tan pancho!al decirmelo...
-"No hay duda-añadió-a mi también intentó complalme".
-"Pero-inquirí yo-¿y mi hijo?,¿y mi jefe?.El primero es muy pequeño y el segundo está forrado".
-"Es fácil de entendel chaval:tu hijo actúa pol miedo y tu jefe pol vicio...Desea gualamente a tu mujel".
Mi boca se abrió como nunca antes lo había hecho...La verdad se había convertido en la realidad más cruel que yo podía haber imaginado jamás...Pero ¡¡¡yo no era un panoli!!!,¡¡¡aquello no iba a quedar así!!!...Enajenado me compré un revolver y munición y ¡SI!,sabiondos lectores,me cargué a mi mujer y a mi jefe y me fuí,para descansar y serenar el alma,al Gran Lago.
Allí,en mi cabaña de madera,lejos del bullicio,recompondría mi vida (aparte de deshacerme de los cuerpos,claro)
La casualidad,si es que existe,hizo que al caer rendido en el sofá tras un apacible día de pesca,me sentara sobre el mando de la tele y la encendiera involuntariamente...En las noticias del canal 5 una rubia locutora ofrecía a sus espectadores la última hora local:
-"...El brote epidémico de alergia picajosa ,cuyo síntoma más evidente es un picor intenso localizado en uno o varios lóbulos del pabellón auditivo,y que ha afectado durante varios días al 90% de la población,ha comenzado a remitir al descubrir que la excesiva contaminación de las aguas era la causante...La limpieza del lago que abastece a la ciudad ,que ya empieza a dar sus frutos,será a conciencia y este se dragará palmo a palmo en aras de una mayor salubridad..."
-"En otro orden de cosas-proseguía la locutora oxigenada-la ciudad asistió esta mañana sorprendida a como Tofú,el chino pobre del parque Central y una person muy conocida en toda la urbe,era llevado con camisa de fuerza y un embudo en la cabeza al psiquiátrico comarcal.El desquiciado no hacía más que tocarse frenéticamente las orejas gritando sin parar:¡conspilación!,¡conspilación!,¡conspilación!..."
Sobrepasado por los acontecimientos me saqué muy,muy despacio el sombrero de ala ancha de la cabeza y empecé a comérmelo con fruición...
Y fué entonces cuando,a pesar de mi estado lamentable,me di cuenta (¡que cosas!)de algo significativo:¡¡¡Nunca tuve un seguro de vida!!!...Y lo peor de todo :¡¡¡JAMÁS HE ESTADO CASADO!!!...

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