Ginés Martinez era un hombre maduro,de fuertes convicciones y simpatizante del Opus Dei,que nunca salía de casa sin llevar en el cuello la cruz de plata que su madre le había regalado en su lecho de muerte.En esa ocasión,como en otras muchas tiempo después,había buscado y encontrado en ese símbolo religioso la paz y el consuelo,...el refugio de una fe sólida.Era,además,butanero de profesión y de vocación.
Ginés,que no se había casado por considerar cochino el trato carnal,vivía cotidianamente el tradicional acoso al que las amas de casa de este pais someten a los butaneros (al igual que sucede con los profesionales de la fontanería en general).A pesar de no ser un hombre atractivo en absoluto (si a Edward G. Robinson le hubiesen aplastado la cara de un sartenazo y luego "sacacorchado" los ojos con avaricia, él sería el resultado),sufría día a día el descontrolado líbido de la mayoría de sus,insatisfechas conyugalmente,clientas femeninas.Pero aquel día de diciembre de 1976 la cosa iba a pasar de castaño oscuro...
Esa mañana subía dos bombonas,como de costumbre,a la voluptuosa vecina del 5ºB en la calle Pularda nº6;cuando,nada más dejar su pesada carga gaseosa sobre la alfombra de la entrada,la dueña de la casa,en negligé,jaló fuerte de él hasta tumbarlo en el suelo,mientras que hábilmente con el pie derecho cerraba la puerta de una patada.Ginés forcejeó con todas sus fuerzas y peleó hasta la extenuación (física y mentalmente)...Aunque esta vez la situación se había puesto tensa (también mental y físicamente),confiaba,como en otras ocasiones había sucedido,salir airoso de aquella amenaza (el fantasma)...Apretó la cruz de su cuello hasta hacer sangrar su mano buscando el refugio que la fe siempre le había ofrecido...Pero,¡amigo!,a todo cerdo le llega su San Martiño,o siempre hay una perra que te hace ladrar,o dicho más finamente: todos cargamos con nuestra propia cruz...El recto butanero de antaño se había transformado repentinamente en un desbocado corcel de impetuosas embestidas y de brios juveniles que,sin control,no podia cejar en su trajín por causa de la carrerilla acumulada durante tantos años sin descargar sus bombonas...
Seis "trabajitos" más tarde,(el último incluso realizado imaginativamente y como mandan los cánones del buen amante butanero: con las dos bombonas al hombro),un rayo de luz,que penetró sutilmente entre los visillos floreados de la ventana,se reflejó en la cruz de plata que pendía en su pecho cegando sus ojos saltones y haciéndole reflexionar por un instante...El ex-beato se sintió sucio de repente,y como una chistorra en aceite muy caliente,se retorció sobre si mismo convulsamente.Luego,reptó "babosamente"para alejarse de la tentación hasta la puerta de entrada de la salida (la chorba),y salió huyendo de allí lloriqueando como una mojigata.
Buscó el Ginés ayuda en una iglesia cercana.Entró como un vendaval abriendo la puerta de par en par y clavó decidido las rodillas delante del confesionario dispuesto a purgar su atentado múltiple contra el sexto mandamiento de la ley de Dios.El joven curita "de guardia",excitado por la explícito y pormenorizado relato del "tío bombonas",tardó exactamente 10 minutos-y la causa se halla,sin lugara a dudas,en la misma carrerilla sexual acumulada,al igual que Ginés,durante largos años-en perder los nervios y hacerle proposiciones deshonestas a su cliente que sonrojarían al mismisimo marqués de Sade...Defraudado en su búsqueda de paz y consuelo salió de la iglesia perturbado,y arrancándose con saña su cruz del cuello,la arrojó bruscamente contra el pavimento de la acera...Nada más tomar contacto con el suelo,un rayo de sol cayó desde el cielo reflejándose en el plateado símbolo cristiano y cegando los ojos del marido de la voluptuosa vecina del 5º que,dispuesto a vengar su honor ultrajado,apretaba en ese mismo instante un viejo pero aún eficaz revolver;de ese modo,la bala se desviaba de su objetivo (la jeta de nuestro amigo),sin siquiera rozarle.
Ginés Martinez se dió cuenta en ese mismo momento,que a lo largo de su existencia había vivido las dos caras de una misma moneda.Dirigió su mirada hacia su crucifijo,que yacía en el suelo,y pensó que la cruz de esa moneda era lo que había vivido hasta esa mañana.Luego,se palpó suavemente su recién salvado rostro con la mano derecha mientras reflexionaba sobre el otro lado de la moneda: las nuevas y excitantes sensaciones que había disfrutado hoy.A continuación,y mientras asentía convencido con la cabeza,el butanero farfulló en voz baja: "prefiero la cara"...
jueves, 19 de noviembre de 2009
viernes, 13 de noviembre de 2009
LIMONCELLO
Lupo López,famosete de los talk-shows televisivos por haberse enrollado con una persiana,iba a descubrir aquel aburrido día de invierno que no era el único ser pintoresco de su familia.
Paladeaba a gusto (pero sin educación) una copa de sabroso limoncello que Lena,su madre,le había traído del más reciente de sus continuos viajes a Italia (era el mejor del país y sólo era posible adquirirlo en la más prestigiosa de las licorerias toscanas,llamada "La Dupla").Absorto en sus pensamientos,no podía dejar de darle vueltas a aquella asombrosa revelación que,con ademanes napolitanos su madre le acababa de hacer: "eres adoptado, ¡cabrone!"...
Ya desde el día siguiente a la noticia,Lupo,que se había obsesionado con el tema,empezó a indagar con el firme propósito de encontrar a su puñetera madre biológica.¡Quién le iba a decir que descubriría que su vida era como una rotonda...o,mejor aún, como un árbol de múltiples ramas.
Nuestro amigo el famosete interrogó a vecinos,familiares y conocidos varios;recorrió organismos oficiales,investigó recuerdos nimios...En fin,agotó todas las vías posibles para llegar,tras seis meses de árduas pesquisas,a la conclusión definitiva (que,como veremos a continuación,le llevó al lugar de partida).
Lupo miró una vez más la dirección que portaba en su mano izquierda y llamó al timbre de aquella casa en las afueras decidido a enfrentarse con su pasado...¡¡¡Mamá!!!,gritó más que extrañado el tipo cuando Lena,su madre "adoptiva"le abrió la puerta con una botella de limoncello en la mano...Nuestro protagonista cayó desmayado...
...Cuando recuperó la consciencia,su madre le enseñó los papeles del psiquiatra donde se explicaba (o eso parecía)aquel sinsentido parental: Lena tenía personalidad múltiple y vivía varias vidas ("a cual más estúpida"-palabras textuales del psiquiatra)...
...Tomaron un chupito de la consabida bebida espiritosa transalpina a base de limón,con tanta tradición familiar,y se relajaron un poquito tras la sorpresa inicial.Pero sólo un poco porque a los diez minutos apareció en el salón su desconocido (hasta ese momento) hermano gemelo Lalo ¡de la mano de la esposa de Lupo,Vania!,que si bien llevaba una doble vida con Lalo (y esto,aún siendo mucho,no era todo) ¡ella no lo sabía! (esto si era todo): la lela creía que ambos burricanes eran un sólo lerdo con doble personalidad.
...Lupo López,muy nerviosito,se sirvió un trago largo de limoncello y lo bebió sin comtemplaciones.Observó entonces dos cosas muy curiosas,a la par que desasosegantes: por un lado pudo comprobar como Lalo,su gemelo,imitaba todo lo que hacía y,por otro,se percató de que una etiqueta de Gadis en la botella del alimonado licor italiano que tanto gustaba en casa delataba que su madre no había estado en Italia...
(CASI) EPÍLOGO:
Una semana más tarde,Lupo recibe,en la casa que compartía con su(s) madre(s) un sobre con la foto de una señora clavadita a Lena que vendía limones a granel en el puesto de un mercadillo en Tijuana,y a su lado un tipo igual a él pero con bigote,poncho y sombrero mejicano.El sobre estaba remitido desde Kiev por Ilena,su "madre ucraniana",y tenía una mancha de limoncello en el sello.
Paladeaba a gusto (pero sin educación) una copa de sabroso limoncello que Lena,su madre,le había traído del más reciente de sus continuos viajes a Italia (era el mejor del país y sólo era posible adquirirlo en la más prestigiosa de las licorerias toscanas,llamada "La Dupla").Absorto en sus pensamientos,no podía dejar de darle vueltas a aquella asombrosa revelación que,con ademanes napolitanos su madre le acababa de hacer: "eres adoptado, ¡cabrone!"...
Ya desde el día siguiente a la noticia,Lupo,que se había obsesionado con el tema,empezó a indagar con el firme propósito de encontrar a su puñetera madre biológica.¡Quién le iba a decir que descubriría que su vida era como una rotonda...o,mejor aún, como un árbol de múltiples ramas.
Nuestro amigo el famosete interrogó a vecinos,familiares y conocidos varios;recorrió organismos oficiales,investigó recuerdos nimios...En fin,agotó todas las vías posibles para llegar,tras seis meses de árduas pesquisas,a la conclusión definitiva (que,como veremos a continuación,le llevó al lugar de partida).
Lupo miró una vez más la dirección que portaba en su mano izquierda y llamó al timbre de aquella casa en las afueras decidido a enfrentarse con su pasado...¡¡¡Mamá!!!,gritó más que extrañado el tipo cuando Lena,su madre "adoptiva"le abrió la puerta con una botella de limoncello en la mano...Nuestro protagonista cayó desmayado...
...Cuando recuperó la consciencia,su madre le enseñó los papeles del psiquiatra donde se explicaba (o eso parecía)aquel sinsentido parental: Lena tenía personalidad múltiple y vivía varias vidas ("a cual más estúpida"-palabras textuales del psiquiatra)...
...Tomaron un chupito de la consabida bebida espiritosa transalpina a base de limón,con tanta tradición familiar,y se relajaron un poquito tras la sorpresa inicial.Pero sólo un poco porque a los diez minutos apareció en el salón su desconocido (hasta ese momento) hermano gemelo Lalo ¡de la mano de la esposa de Lupo,Vania!,que si bien llevaba una doble vida con Lalo (y esto,aún siendo mucho,no era todo) ¡ella no lo sabía! (esto si era todo): la lela creía que ambos burricanes eran un sólo lerdo con doble personalidad.
...Lupo López,muy nerviosito,se sirvió un trago largo de limoncello y lo bebió sin comtemplaciones.Observó entonces dos cosas muy curiosas,a la par que desasosegantes: por un lado pudo comprobar como Lalo,su gemelo,imitaba todo lo que hacía y,por otro,se percató de que una etiqueta de Gadis en la botella del alimonado licor italiano que tanto gustaba en casa delataba que su madre no había estado en Italia...
(CASI) EPÍLOGO:
Una semana más tarde,Lupo recibe,en la casa que compartía con su(s) madre(s) un sobre con la foto de una señora clavadita a Lena que vendía limones a granel en el puesto de un mercadillo en Tijuana,y a su lado un tipo igual a él pero con bigote,poncho y sombrero mejicano.El sobre estaba remitido desde Kiev por Ilena,su "madre ucraniana",y tenía una mancha de limoncello en el sello.
jueves, 5 de noviembre de 2009
MI MAYOR DESEO
Fué una irisada mañana otoñal cuando ella surgió -como una aparición- de entre la luz, montada en aquel moderno descapotable rojo fuego.Supe entonces, inmediatamente, que no podría cejar en mi empeño hasta conseguir poseer lo que desde ese instante se había convertido en mi gran anhelo, en mi objetivo vital...
A partir de ese mágico día soñaba todas las noches que recorríamos el mundo juntos, y que nadie ni nada, por fuerte o poderoso que fuera, podría romper esta relación tan especial...
Con la pasión en la "cejijuncia" exprimí mis esfuerzos para conseguir el teléfono de aquella rubia indómita...Por medio de conocidos comunes, y no sin el sacrificio de 3 semanas de una dedicación casi mística, conseguí establecer contacto con la teñida...
No fué hasta un mes después, y valiéndome de mi celebérrima "técnica de la diablura" (que consiste en ser tan encantador que nadie pueda resistirse ni aún siendo cura) que logré mi primera cita con la chavala...Dos semanas más tardes haciamos el amor "a veinte uñas" entre las raidas sábanas de satén azul del Hotel Majestic...A los 6 meses y medio de aquel primer contacto carnal nos casábamos, muy tontitos, en la Concatedral de San Rafaél de Lupén; yéndonos, a renglón seguido, de viaje de novios a Tegucigalpa...
...Pero no fué hasta 3 semanas después de regresar de Honduras, tras un divorcio exprés tan prematuro como premeditado, cuando alcancé (¡por fin!) mi objetivo vital, mi gran anhelo, ¡mi mayor deseo!: en el reparto de los bienes matrimoniales ¡¡¡me hice con el moderno descapotable rojo fuego de mis entretelas!!!...
A partir de ese mágico día soñaba todas las noches que recorríamos el mundo juntos, y que nadie ni nada, por fuerte o poderoso que fuera, podría romper esta relación tan especial...
Con la pasión en la "cejijuncia" exprimí mis esfuerzos para conseguir el teléfono de aquella rubia indómita...Por medio de conocidos comunes, y no sin el sacrificio de 3 semanas de una dedicación casi mística, conseguí establecer contacto con la teñida...
No fué hasta un mes después, y valiéndome de mi celebérrima "técnica de la diablura" (que consiste en ser tan encantador que nadie pueda resistirse ni aún siendo cura) que logré mi primera cita con la chavala...Dos semanas más tardes haciamos el amor "a veinte uñas" entre las raidas sábanas de satén azul del Hotel Majestic...A los 6 meses y medio de aquel primer contacto carnal nos casábamos, muy tontitos, en la Concatedral de San Rafaél de Lupén; yéndonos, a renglón seguido, de viaje de novios a Tegucigalpa...
...Pero no fué hasta 3 semanas después de regresar de Honduras, tras un divorcio exprés tan prematuro como premeditado, cuando alcancé (¡por fin!) mi objetivo vital, mi gran anhelo, ¡mi mayor deseo!: en el reparto de los bienes matrimoniales ¡¡¡me hice con el moderno descapotable rojo fuego de mis entretelas!!!...
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