Al era un tipo bondadoso y disciplinado,...era peludo y limpio,...era honrado y tenía poco empeine,...era un miembro cumplidor...Era un pie derecho.
Pero Al no era el pie de una estatua,no era de piedra,y tenía sus necesidades...era un pie joven y contaba con un enorme juanete que estaba dispuesto a utilizar para su propia satisfacción...deseaba con todas sus fuerzas calzarse algo que no fuera un zapato...
Al se arregló las uñas,se pasó un agua,se peinó un poco,e incluso se roció con "FUS-FRIS"...y empezó a cortejar a su vecino pie izquierdo,al que sedujo enseguida...y es que Al era un" pie de rey"...
Después de una hora de sexo todo lo desenfrenado que entre dos pies puede ser,Al se quedó meditabundo,pensativo (a la vez que cansado y sudado...¡un insoportable olor a queso emanaba de el!)...No estaba muy contento,...pensaba que no había muchas posibilidades para un pie de ejercer su sexualidad...Pero siguió meditando y al rato se puso muy feliz: se dió cuenta de que algo muy parecido era el lesbianismo, y estaba muy satisfecho de alcanzar ese grado de humanidad (no olvidemos que para un pie el hombre es su Dios)...
Tan alegre estaba que empezó a bailar claqué con su pareja...
Tal grado de compenetración entre pies convirtió a su dueño en un bailarín consumado;y aunque el trabajo era cada vez mayor,a la pareja de pies no le importaba si estaban juntos...Su sueño era estampar su huella en el paseo de Hollywood donde lo hacen los famosos...
Su vida cambió un poco debido a su homosexualidad: ahora se pintaban las uñas y se depilaban...Esto también ocasionó variaciones en el comportamiento de su dueño...Sin embargo nada alteraba un ápice su felicidad,y su reconocimiento fué en aumento: frecuentemente les decían por la calle cuando paseaban "¡ahí van dos pies enamorados!".
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